sábado, 21 de mayo de 2011

¿Como Desarrollar la Inteligencia Emocional en Nuestros Hijos?

Las personas exitosas no son necesariamente aquellas que obtuvieron buenas notas en la escuela, sino también quienes son capaces de demostrar otras habilidades propias de la Inteligencia Emocional.


La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos de forma apropiada y precisa, y la habilidad de comprenderlos y manejarlos adecuadamente.


Esta habilidad para manejar emociones de forma apropiada debe desarrollarse desde los primeros años de vida, ya que las emociones se expresan desde el nacimiento. Un niño es amado y querido, será un niño con confianza en si mismo, un niño seguro. La educación que debemos dar a nuestros hijos no solo debe contemplar aspectos intelectuales y de rendimiento escolar, sino también se debe poner especial énfasis al desarrollo de habilidades emocionales y la autoestima, es decir la educación de los sentimientos y la valoración de sí mismos.

Existen cinco componentes básicos de la Inteligencia Emocional:


  • Autoconocimiento emocional.


  • Reconocimiento de emociones ajenas


  • Autocontrol emocional.


  • Automotivación


  • Relaciones interpersonales.

Estrategias para estimular la inteligencia emocional en los niños:


Dar nombre a los sentimientos: Ser capaces da nombrar emociones como la tristeza, les ayuda a reconocer esas emociones cuando las sienten. Y saber qué es lo que sienten les puede ayudar a sobrellevar ese sentimiento. Enséñele a su niño a reconocer emociones (alegría, tristeza, cólera, miedo) a través de cuentos, tarjetas con dibujos, etc.


Relacionar gestos con sentimientos: Es importante que el niño aprenda a identificar emociones en otras personas, de esta manera desarrollará la empatía. Haga gestos de sorpresa, tristeza, cólera, alegría, temor…, converse con él acerca de las emociones que podrían estar sintiendo los personajes de un cuento o los actores de televisión.


Orientarlos: Una vez que sus hijos sepan reconocer sus emociones, deles normas básicas para enfrentarse a ellas. Una buena norma es "Cuando expreses tu enfado no puedes hacerte daño ni a ti, ni a los demás, ni a las cosas”. Explique a sus hijos lo que sí pueden hacer. Por ejemplo: correr en el jardín, dibujar figuras enfadadas, dar puñetazos a una almohada, arrugar un periódico, etc. Hacer esto no es malo, al contrario, expresar lo enojado que se siente es saludable, siempre que se exprese de manera aceptable. Además de ello se debe enseñar al niño a relajarse cuando estén nervioso o disgustado, anímelo a respirar hondo mientras cuentan hasta tres y a expulsar despacio el aire. O dígale que cierre sus ojos y tensen los músculos, cuenten hasta seis y relajen los músculos.


Alabar lo positivo: Felicítelos cuando sus hijos se enfrenten bien a sus emociones o muestren preocupación por los demás, dígales que usted se da cuenta de ello. Ejemplos: “Muy bien hecho lo de marcharte a tu cuarto a tranquilizarte”.

Enséñele con el ejemplo: Esta es la mejor manera para que sus hijos entiendan cómo expresar adecuadamente las emociones, sin causar daño. Por ejemplo si ha pasado un mal día en la oficina, váyase de paseo en lugar de gritar y desquitarse con los demás. Otras estrategias para calmar el estrés son: respirar hondo, darse un baño caliente, llamar a un amigo o escribir en su diario. Si tiene una explosión de mal genio delante de sus hijos, hable luego con ellos. Cuénteles por qué estaba enfadado. Luego explíqueles que se enfrentó a sus sentimientos de forma equivocada y que intentará hacerlo mejor la próxima vez.

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